Persus Diógenes Nibaes Morrizon, Antipoeta, Cuentista, Novelista.

Thursday, January 24, 2008

La Floresta, capítulo II, "Por la cinta de Moebius"

La nave se demoró menos de tres horas en llegar a su destino, viajando sobre una cinta de Möebius construida en el espacio con energía centrifuga, podía cubrir grandes distancias en años luz en poco tiempo, abriendo un anillo de gusano en el espacio y utilizando la cinta de Möebius, estaban un momento en un lugar, luego en otro.
Llegaron a Hósforo sin novedad, salvo Aurea que no podía ocultar su tristeza, al salir de la atmósfera del planeta, se le fue ese sentimiento de bienestar, volvió a ser la misma, pero ahora que había experimentado algo diferente, no quería volver, hubiera querido quedarse en la Floresta por más tiempo.
Su vida transcurrió igual por unos dos días, en que estuvo estudiando aquel sistema. La segunda noche salió al balcón de su departamento, observó la cúpula que protegía la ciudad, observó las luces de los clubes y escuchó los motores de aire acondicionado, de pronto pasó el tren magnético, pronto éste quedaría obsoleto, pues los más brillantes científicos del sistema trabajaban en la teletransportación.
Ellos eran una civilización de muchas libertades y tenían una cultura muy avanzada, todos los trabajos científicos eran publicados, no vivían de un sistema económico basado en la escasez, sino basado en las bondades de la tecnología, no existían los que tenían más ni los que tenían menos, todos tenían lo que necesitaban.
En realidad todos tenían de todo, lo que quisieran o necesitaran podían obtenerlo en los centros de distribución, todos desempeñaban un papel en la sociedad, así mientras asistían a clases de lo que quisieran en las mañanas, por las tardes iban al trabajo, que no era remunerado, como digo, no necesitaban salario y no existía el dinero.
Así llegaron a ser una de las culturas más pacíficas y avanzadas de la galaxia, llevaban mas de cinco mil años sin guerras y habían avanzado tanto en la ingeniería celular y molecular que no envejecían, sólo debían cumplir un ciclo, pero no morían con la muerte física como nosotros la conocemos, acumulando sabiduría, pasaban a un estado espiritual superior, dejando así lugar, para que naciera otra persona.
Esto no se sabía a ciencia cierta cuando ocurriría ni quien tendría un hijo, era algo que se podía desear pero no forzar y aunque científicamente podían fecundizar, tenían una estrecha relación con los maestros superiores y eran estos los que determinaban los nuevos nacimientos, los que habitaban en otro planeta constituido de gas y donde ellos irían una vez de producirse su muerte.Mientras Aurea observaba la ciudad, se activó la videoconferencia, a su espalda y suspendida en el aire, apareció una imagen tridimensional.
-¡Hola querida!- dijo la voz, Aurea reconoció quien era sin ver la imagen.
-¡Hola Ortoedro!- respondió Aurea con un tono de voz de fastidio.
-¿Cómo, hola solamente? ¡Llegaste hace dos días de tu misión, te he estado llamando a tu teléfono auricular, no contestas y ahora sólo dices hola!
-Es que no tengo buen ánimo Ortoedro- dijo, acariciando la rosa que tenía entre sus manos.
-Sí, pero al menos merezco que te des vuelta y pueda verte la cara- agregó él, un poco molesto. Aurea se volvió hacia la imagen y observó un Ortoedro extraño para ella, se quedaron mirando sin hablar, era un Ortoedro desconocido, buscó y buscó en su memoria y no lo pudo encontrar, esa cara tan querida en el antaño, ya no significaba lo mismo para ella.
-¿Que tienes en las manos?- preguntó.
-¡Nada!- dijo ella, escondiendo la rosa.
-¡Cómo que nada, eso es algo! ¿Que es?
-¡Nada!- volvió a decir ella.
-Bueno, si no me quieres decir, debe ser algo sin importancia, ¿Cuando vas a venir?
-No creo que pueda ir a verte pronto y esto es algo de mucha importancia- contestó irritada.-¿Que te sucede? antes de ese viaje no estabas así.
-No sé Ortoedro, me siento mal, ¿Quieres dejarme sola?
-¡Bueno, adiós!- respondió y en ese instante la imagen tridimensional desapareció. Aurea continuó observando la ciudad, una ciudad extraña, desconocida ahora para ella.
Pasó otro día más y Aurea no podía dormir bien, todo el día pensaba en la Floresta, ¿Qué cosas más habría? ¿Que seres tan tiernos y simpáticos? ¿Y que sería esa sensación que tuvo? ¿Por qué sintió eso, que significaba?
Como astronauta tenía diez días de franco, después de cada misión, las medidas de seguridad eran tan rigurosas que ya se había vuelto normal viajar a otros planetas, de otros sistemas. Aurea había viajado a varios otros, pero este planeta era tan seductor…
La puerta del despacho del profesor Angular se abrió bruscamente, en ella apareció Aurea con un informe de petición.
-¡Hola querida! ¿Cómo estás?- preguntó.
-No muy bien profesor- respondió Aurea y se sentó frente al escritorio.
-¿Que te sucede?, cuéntame- dijo mientras apagaba la pantalla líquida de su computador.
-No me he sentido muy bien, después de la última misión profesor, ese planeta era tan interesante, ¿Cómo le llama el sistema?
-Mm, la verdad es que si es un planeta especial, se llama Tierra- dijo el profesor, observando la reacción de Aurea- ¿Por qué?
-¡Me encantó, ese planeta es muy hermoso, existe tanta vida natural y sentí algo extraño en él, que nunca he sentido!
-Bueno hija, tal vez la presión atmosférica, la radiación iónica...
-¡No!, Nada de eso profesor, he estado estudiándolo estos días y es un planeta saludable, joven y...
-¿Y qué? - preguntó él, esperando las palabras.
-¡Romántico!, Esa es la palabra.
-¿Romántico?
-Sí, ese planeta es muy especial, quiero volver allá.
-¡Pero Aurea!- respondió el profesor un poco ofuscado -¡No creo que debas!
-¡Lo siento profesor, quiero volver!- repitió ella más decidida- He estado estudiándolo y supe que era un sistema en aceleración...
-Claro, es un sistema joven.-He estudiado algo de Física, conozco el problema del tiempo, pero quiero ir igual.
-Aurea, no es cosa que viajes al planeta así como así, ese no es cualquier planeta, el tiempo allá...-¡Si sé profesor! Allá el tiempo pasa más rápido que aquí.
-Así es, quizás con qué cosas te puedas encontrar...
-¡No importa, quiero ir igual!- dijo y se levantó de la silla, entregándole el informe de petición para un segundo viaje al planeta- ¡Espero profesor que haga algo por mí!- agregó y se fue.
El profesor leyó el informe, quedó tan hundido en su sillón como en su incertidumbre.
Dos días después, Aurea estaba sentada frente a su pantalla líquida cuando la videoconferencia se activó.
-Querida, presenté tu informe- dijo el profesor del otro lado de la línea. Aurea se volteó para ver la imagen en el aire.
-¿Y cómo me fue?
-Bueno, ni mal, ni bien, creyeron eso acerca de la información necesaria sobre la alimentación de los caracoles y su conducta de reproducción, es en lo que estamos trabajando, pero preguntaron, ¿Por qué, por tiempo indefinido? Ese aspecto no los convenció mucho, pero igual aceptaron, puedes ir, pero con una condición.
-¿Cual?
-Que no estés más de sesenta días solares.
-¡Sesenta días!
-Algo es algo, no.
-Supongo que si, ¿Y cuando puedo partir?
-En treinta y cinco días más.
-¡Tanto! Pero sí el tiempo allá…
-Lo siento, no es posible antes, las cintas de Möebius están todas reservadas hasta esa fecha. – dijo el profesor.
Habían pasado cinco días desde el primer viaje y el nerviosismo de volver allá la ponía cada vez más intranquila. Durante los días que debió esperar se dedicó a estudiar el sistema solar en su computadora conectada a la Matriz, que era un sistema computacional donde se podía tener acceso a toda la información recopilada por la cultura en todos los años de su existencia.
-¿Entonces la confederación sabe de la existencia de aquel sistema?
-Así es señorita Aurea, aunque este dentro de los cuadrantes de los sistemas no explorados, en mis registros siempre ha existido ese planeta, pero existe una resolución muy antigua, milenaria, de no intervenir en él.- concluyó el profesor.
-¡Entonces debe haber algo en aquel planeta!
-¡Pero usted lo vio señorita Aurea, aparte de una exuberante naturaleza no existe nada más!
-Sí, existe algo más, no sé que es, pero hay algo, tuve una sensación extraña.
-¿Una sensación?- preguntó él asombrado.
-Sí, una sensación indescriptible- agregó Aurea, en el momento en que recibió otra llamada en la video conferencia, la activó y se despidió del profesor.
-Áurea, hola ¿Cómo estás?
-Hola Ortoedro.
-Como hace días que no sé nada de ti y no me permites ir a verte, queria invitarte a ir al Club hoy en la noche, Oblicuo dijo que iría con nosotros y creo que irán Prisma y Vértice.
-Bueno Ortoedro, creo que me hará bien salir un rato- contestó Aurea, apagando la computadora y volteándose a ver la imagen.
-¿Estabas en la Matriz?
-Sí, estaba estudiando el Sistema Solar-
-Pero tú sabes que la Matriz es tan antigua como Hósforo y habla de todas esas cosas religiosas y milenarias...
-Pero también es científica.
-Para mí esas leseras que dicen allí son puras patrañas- respondió Ortoedro.
-¡Lo que tú digas!- respondió Aurea y caminó hacia la cocina, siendo seguida por la imagen.
-¿Por qué te interesa tanto ese sistema?
-Es interesante- respondió Aurea mientras tomaba entre sus manos una taza humeante y bebía el líquido en ella.
-Lo mismo dijiste de mí hace años y mira, ya no quieres ni verme. Aurea miró los ojos de Ortoedro y movió la cabeza, se dirigió hacia el balcón y contempló la ciudad.
-¡Juntémonos en el club!- terminó de decir Aurea y desconectó la videoconferencia.
Aquella ciudad tan enorme y tan fría, luces, rayos, ruidos, naves, túneles, todo era tan vacío ahora para ella… El Club quedaba en el subsuelo de una tienda en la avenida Transversal, al entrar Aurea miró un espejo junto a la puerta, el cual leyó su código del iris, la cortina de luz pasó de azul a gris y Aurea llegó al final del pasillo, adentro las luces y los sonidos del Club entretenían a aquellos que después del trabajo querían pasar un rato agradable.
Oblicuo, Prisma y Vértice estaban en una mesa jugando con unas bolas y un láser, Ortoedro estaba un poco mas allá jugando en un simulador.
-¡Hola!- dijo Aurea a sus amigos.
-¡Hola!- respondieron y fueron a saludarla, Prisma preguntó...
-¿Cómo estás Aurea?
-Bien, algo cansada, pero bien.-Supe del viaje al sistema al Sistema Solar, ¡Oblicuo dice que es precioso!
-Sí, en treinta y cinco días más voy a ir de nuevo.
-¿Sí? Oblicuo no me ha dicho nada.
-No, es que aun no le he dicho nada, quizás voy sola.
-¡Sola! Yo no iría sola a un lugar tan lejano y desconocido.
-Siempre has sido tímida Prisma- terminó de decir Aurea, cuando Ortoedro se acercó.
-Hola- le dijo, besándola en los labios.
-Hola Ortoedro.
-Ven, vamos a jugar a los simuladores...
-No Ortoedro, quisiera servirme algo..
.-Bueno voy por unas sodas- dijo y se dirigió a las maquinas, Vértice se acercó a ella.
-Hace días que no te veo, ¿Cómo estás?
-Bien, gracias.
-Escuché que irías nuevamente al sistema Solar.
-Sí, en treinta y cinco días más voy a ir.
-¿Quieres jugar por mí? Necesito ir al baño- dijo Vértice y se marchó dejando a Aurea con el láser, Aurea lo sujetó fuertemente, apuntó a la bola, tiró y la bola se alejó con rumbo incierto.
-¡Acabas de perder el partido, Vértice!- dijo Oblicuo en voz alta y riéndose.
Llegó Ortoedro con una bandeja y muchas sodas, todos se alejaron del juego y se juntaron a charlar y beber. Aurea no participaba mucho de las conversaciones y los juegos no la entretenían. -Aurea, ¿Quieres ir a la disco?- preguntó Vértice que se incorporaba.
-No, gracias la verdad es que tengo que descansar- respondió.
-La verdad es que después del último viaje volviste muy rara- agregó Ortoedro.
-¡Déjenla!- intervino Oblicuo- Los viajes en el espacio suelen producir alteraciones en el biorritmo, lo que pasa es que últimamente hemos tenido mucho trabajo.
-Sí, eso debe ser querida, no los hagas caso- agregó Prisma y les hizo un gesto con la mirada a los demás.
Cuando todos fueron a la disco, Aurea se dirigió a casa, llegó y conectó la computadora a la Matriz.
-¡Matriz activada!- dijo una voz femenina electrónica.
-Matriz, ¿Quisiera hacer un cálculo del tiempo con respecto al sistema Solar y Hósforo?
-Bien- respondió la Matriz y mostró en la pantalla un esquema del universo en expansión y dijo- Lo que pasa es que el Sistema Solar es un sistema joven que esta en proceso de aceleración, nosotros en cambio somos un sistema que ha dejado de acelerar, por lo que el tiempo acá y desde hace mucho, es constante.
-¿El tiempo entonces, es proporcional a la velocidad de aceleración con que se expande el sistema y la galaxia en que se encuentra?
-Exacto, pero como es un sistema joven, aún no se registra vida inteligente en la evolución de él.-Pero, dime una cosa Matriz, ¿Quiero saber cuanto tiempo ha pasado allá, desde que yo estuve, hasta que vuelva en treinta y cinco días más?
-Bueno, hace casi seis días que estuvo allá, más treinta y cinco días que faltan, acá habrán pasado casi cuarenta días, veamos... La computadora pensó un momento- ¡Es un sistema que avanza muy rápido, un mes acá es casi seis millones de años allá!
-¡Tanto!- exclamó Aurea asustada.
- Sí, pero tenga en cuenta que pronto el tiempo allá se hará constante y que existen sistemas superiores, donde el tiempo y la aceleración han ido mucho más rápidos.
-Sí, está bien, pero ahora cuando vuelva allá, no va a ser el mismo lugar que conocí.
-¡Depende señorita Aurea! Yo creo que seis millones de años no es tanto tiempo para que un planeta cambie en esencia, de todas maneras veamos... La computadora se conectó al sistema de telescopios.-¡Vea, ese es el Sistema Solar!- y en el momento apareció en la pantalla, el Sol y sus diez planetas girando a su alrededor, asteroides y cometas, un sistema muy completo. Cuando Aurea vio el sistema quedó impresionada con la velocidad que avanzaba y giraban los planetas alrededor del sol.
-Bien, quiero ver aquel planeta azul.
-¿El tercero?
-Sí aquel, ¡Muéstralo!- y en el momento apareció el planeta en el monitor, girando y circulando al rededor del Sol.
-Ve señorita, yo creo que se mantiene igual como estaba.
-Sí, tiene el mismo color y textura, ¿Cómo lo llama la Confederación?
-Lo llaman Tierra.
-¿Puedes hacer un acercamiento?
-Lo siento, pero eso es lo más cerca que lo podemos ver, tendría que solicitar una conexión especial con las computadoras del Consejo Astronómico y eso lleva mucho tiempo, además existe una cláusula que me impide entrar a los archivos de aquel planeta, es misterioso pero definitivamente no puedo decirle mucho más acerca de él, de lo que le he informado, dijo la voz electrónica.

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